miércoles, 22 de diciembre de 2010
Los paisajes comestibles de Carl Warner
Por: Mikel López Iturriaga
Imagínate un mundo en el que las nubes son coliflores; los árboles, brécoles; las estalactitas, zanahorias, y las rocas, hogazas. Así son los paisajes que fotografía Carl Warner, un artista británico que construye las oníricas escenas de sus imágenes con alimentos reales. Warner lleva 10 años creándolos, pero es ahora cuando publica su primer libro, 'Food Landscapes'. En él reúne 25 de sus espectaculares bodegones y los acompaña de textos explicativos, fotografías del minucioso proceso técnico y listas de ingredientes de sus montajes.
.En los mundos de Warner, que bien podrían emparentarse con la lisergia de 'Lucy in the sky with diamonds' o el arte de Arcimboldo, unas sardinas o unas lombardas pueden recrear el mar, un camino puede estar hecho de salami y una cebolla puede ser un globo aerostático. Los paisajes suelen servir de gancho visual en campañas publicitarias, habitualmente de productos alimentarios de grandes marcas como Findus, Negroni o Sainsbury's. Pero Warner también monta algunos de ellos como proyectos personales. Entre ellos, su favorito es este Fishcape, del que recuerda "su gran dificultad y la peste que soltaba el pescado".
"La comida es un material orgánico que tiene increíbles similitudes con grandes elementos de la naturaleza", explica el fotógrafo. "También es algo con lo que la gente tiene una afinidad natural. Yo soy un gran amante de la comida, me encanta comer bien y salir a cenar. Es algo de lo que todos podemos permitirnos ser apasionados".
Aunque utiliza el photoshop para los retoques finales, el fotógrafo monta los paisajes en maquetas con alimentos de verdad. "Los retrato por partes: primer plano, plano medio y fondo. Luego los junto en la postproducción. Podría tomar las fotos de una sola vez, pero los alimentos del primer plano estarían deteriorados para cuando hubiera acabado de montar el fondo".
Trabajar con vegetales, quesos, embutidos o pescados tiene, según Warner, sus ventajas y sus inconvenientes. "Tienes un gran abanico de tamaños, texturas y colores. Pero la comida se echa a perder tan rápido que tenemos que trabajar a toda velocidad, especialmente al crear un gran paisaje bajo los focos del estudio. Cosas como las hierbas frescas son una pesadilla, porque se secan en cuestión de minutos".
¿Y qué pasa con la comida una vez hecha la foto? "La mayoría la reparto entre la gente del equipo. Y si es mucha la damos a un centro local para personas sin techo".
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